La siesta del martes

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Una mujer y su niña viajeron en tren que eran lols únicos pasajeros en el secueto vagón de tercera clase. Cuando llegaron a la estación ya era el midiodía, comían en el asiento del tren y luego continuaron su viaje que siempre pasó de largo por un pueblo igual a los anteriores. Entonces, bajaron el tren que no había nadie en la estación, eran sólo las dos en aquel pueblo, el que hacía la siesta y todo el pueblo estaba tranquilo. Fueron a la casa cural para buscar al padre pero estaba durmiendo y la madre pidió que era urgente a verlo, por eso entraron en la casa. Aunque una mujer de la casa dijo que volvieron después de las tres pero la respuesta de la madre que la tren salió a las tres y media, por lo tanto, el sacerdote apareció para verlas. La madre querría dar las flores a la tumba de Carlos Centeno que es el ladrón dque mataron en el pueblo la seman pasada y ella era su mujer.

Este caso había ocurrido el lunes de la semana anterior, la señora Robeca agarró el arma y le mató por un terror que él entró como un ladrón. La mujer contestó que Carlos era un hijo muy bueno y yo le dicía que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien para comer, y él me hacía caso, pero sabía que cada bocado que comía a los porrazos que le daban a su hijo. Cuando la mujer y la niña salieron de la casa, los pueblo ya se ha dado cuenta que las dos aparecieron aquí y el padre las dejó saliendo por la puerta del patio, sin embargo, la mujer tomó a la niña de la mano y salió a la calle.


Un día de estos

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Don Aurelio Escovar, un dentista llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Su hijo de once años le dijo que el alcalde que si le sacas una muela, y dijo al hijo que no estaba en su gabinete, es que si no ayudó a alcalde y le pegó un tiro, pero estaba terco que se negó a él. Al final, el alcalde llegó al gabinete y el dentista preparó a sacar la muela de él, entonces, no dio anestesia a él dentro del trabajo es que tenía un absceso. Después de el tiempo largo de sacar la muela, el alcalde dijo que le pasa la cuenta pero quien va a pagarlo, eso es la misma vaina, dijo al dentista.


En este pueblo no hay ladrones

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 Dámaso y su mujer, Ana, que encinta de seis meses ya sabía que su marido cometío al salón de billar para coger cualquier cosa valiosa, pero sólo había cogido tres bolas de billar y veinticinco centavos. Era la primera vez que hacía esto y la cosa no salió tan mal, sentía que no podía aguantar las ganas de orinar y contestó a su mujer los recuerdos de su aventura. Teresa, una muchacha dijo a Dámaso que se metieron en el salón de billar y cargaron con todo, y su mujer para confirmar esta noticia, tuvo que escuchar varias veces, los pormenores del mismo episodio.

Ana y la multitud rodearon al propietario del salón de billar con el alcalde y dos agentes de la policía para escuchar sus informaciones, después de regresar a la casa, habló todo lo que ocurrió afuera con su hombre. Luego, un agente de la policía ha persegido un negro y lo cogió, jefe del salón de billar dijo que el ladrón echó las bolas al río y los doscientos pesos ya sólo le encontraron treinta. Dámaso creía que podía robar otra vez, pensaba que se fue de pueblo en pueblo depende de robarse las bolas de billar en uno y las vender en el otro, esto sólo era su sueño, y su mujer no lo apoyó. Hasta Dámaso conoció una muchacha y le dijo que el negro no fue el ladrón es que la noche que se metieron en el salón de billar, el negro estab con Gloria y pasó todo el día siguiente en su cuarto hasta por la noche.

Al final, Dámaso pensaba si devolvió las bolas al salón de billar y él decidió hacerlo, por eso, elegió un día hacía otra vez, pero Ana no quiso él hacerlo. Cuando entró en el salón, don Roque ya estaba esperado allí aunque Dámaso puse las bolas a su propio lugar, sin embargo, don Roque le dijo que era bruto más que un ratero, aunque no había nada en la gaveta y luego te los van a sacar del pellejo.

 

 

La prodigiosa tarde de Baltazar

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Baltazar estaba terminada la jaula por dos semanas que era la más bella del mundo y para él ya ha acostumbrado a hacer jaulas desde niño, su mujer, Ursula, había vivido juntos desde hacía cuatro, sin casarse y sin tener hijos, y la vida le había dado muchos motivos para estar alerta. Querría vender la jaula que vale cincuenta pesos a don Chepe Montiel, es que la compró el hijo de Chepe Montiel, sin embargo, el medico viejo que se llama Octavio Giraldo quiso comprarla para su esposa y Baltazar ya no pudo venderla.

Baltazar fue a la casa de Montiel para dar la jaula a Pepe, el hijo de Montiel, pero él no sabió su hijo lo que hace y estaba enfadado, dijo a Baltazar que lleva la jaula y vende a quien quiere. Baltazar dió a Pepe la jaula y no recibió el dinero es que pensaba que había hecho una jaula mejor que las otras y había tenido que regalársela a Pepe para que no siguiera llorando. Después de salir de la casa de Montiel, fue al salón billar y bebía cerveza con los demás, su mujer lo había esperado en la casa y alguien le dijo que su marido estaba emborrachado afuera. Cuando Baltazar se acostó, tenía la cara embadurnada de colorete y había gastado tanto, luego despatarrado por la calle y no quiso abandonar el sueño feliz de su vida, al final alguien descubrió que estaba despatarrado por la calle.

 


La viuda de Montiel

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Después del entierro de Don José Montiel, todos pareció que él  no hubiera muerto de muerte natural menos a su viuda y José murió en su hamaca en un miércoles a las dos de la tarde, a consecuencia de la rabieta. Sólo asistieron los copartidarios y las congregaciones religiosas y no se recibieron más coronas que las de la administración municipal, tampoco no vinrieron sus hijos, es que antes Montiel monopolizaba el comercio local por el terror y en realidad él pagaba seis años de asesinatos y tropelías en el pueblo.

Nadie en la historia del país se había enriquecido tanto en tan poco tiempo, cuando llegó al pueblo el primer alcalde de la dictadura, Montiel empezó a ser su informador confidencial y no pasó mucho tiempo ya era el hombre más rico y poderoso del pueblo. Luego, nadie volvió a la casa de Montiel, la viuda de Montiel solamente vivía en la casa y su único contacto con el mundo fueron las cartas que escribía a sus hijas a fines de cada mes. Al final, la viuda vio a Mamá Grande y le dijo que cuando te empiece el cansancio del brazo y era la hora de muerte..

 


Un día después del sábado

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 El fenómeno extraño empezó en julio, la casa de las alambreras de la señora Rebeca estaban rotas como si hubieran sido apedreadas y el causado era de lo que los pájaros estaba rompiendo ventanas para morirse dentro de las casas. Sin embargo, Antonio Isabel del Santísimo Sacramento del Altar castañeda y Montero que alos noventa y cuatro años aseguraba haber visto al diablo y desde entonces, empezó a observar todo lo que pasó en el pueblo. Siempre había sido un hombre de costumbres regulares y no hacía nada salvo decir la misa, cada día a las doce un muchacho trajó la comida al padre. Luego, una tarde un muchacho llegó al pueblo por el tren, comió un almuerzo pero no alcanzó el tren. Una muchacha del pueblo le dijo que cada día en esta hora caen pájaros muertos en el corredor, y ese chico fue a pensar todo lo que ocurrió antes. A los veintidos años, en julio de ese año, su madre pensó que su hijo pude gestionar la jubilación para ella, por eso tuve dinero para poner una cría de cerdos.

El muchacho asistió la misa del padre, el padre Antonio Isabel lo vio y se dio cuenta de que era un forastero, luego comenzó el sermón. Argénida, el sirviente de la viuda, le dijo que el padre se volvío loco en el púlpito y vio al Judío Errante, ella creía que era realidad y fue a la iglesia en donde el padre decía a la gente que vio Judío Errante, que era forastero. Después de recoger la limosna, dió la plata al muchacho para que se compre un sombrero nuevo. El padre compredió lo que estaba ocurriendo y hasta tuvo la lucidez suficiente para comprender que habría sido vanidad creer que estaba patrocinando un milagro.

 

 


Rosas artificiales

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Mina y su abuela ciega vivía juntos, cada primer viernes ella iba a misa siempre pero ese día no lo pude porque las mangas estaba mojadas y toda la ropa sin planchar. Tuve que entregar ciento cincuenta docenas de rosas en la Pascua, una amiga, Trinidad dudó que Mina por qué no había ido a misa y ella le dijo que no tenía mangas, entre el trabajo trataban unas cosas personal sobre y luego Trinidad se despidió. La abuela ciega descubrió que Mina no fue a misa no es la causa de las mangas es porque siempre excriba en la cama hasta la madrugada y por la mañana hay alguien te esperaba en el camino que te ocasionó una contrariedad.

 

 


Los funerales de la Mamá Grande

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Esto es una historia de la Mamá Grande que vivió durante 92 años y era soberana del reino de Macondo, su funerales vinieron todos incluso el Sumo Pontífice. Hace catorce semanas la Mamá Grande había arrglado el caso de los nueve sobrinos, el sobrino mayor que se llama Nicanor, mandó a buscar al párroco, el padre Antonio Isabel para exorcizar. En realidad, la familia también ella era la matrona más rica y poderosa en Macondo durante dos siglos, aunque a nadie se le había pensado que la Mamá Grande fuera mortal y ella fue a morir, en april ya comprendió que no hay el privilegio de liquidar personalmente.

Cuando la Mamá Grande cumplió los 70, era como el recuerdo de otra época, las festividades comenzaban la antevíspera y terminaban el día del cumpleaños y esto como una tradición entonces. Sim embargo, aquella tradición se había interrumpido por los duelos sucesivos de la familia y la incertidumbre política de los últimos tiempos. Su hora era llegada, se informó de la marcha de los negocios y pidió que la dejaran a solas con Nicanor para impartir sus últimas instrucciones, él había preparado en veinticuatro folios escritos con letra muy clara por lo tanto, necesitó tres horas para enumerar sus asuntos terrenales. El orden social había sido rozado por la muerte, el presidente de la República decretó nueve días de duelo nacional y honores póstumos a la Mamá Grande.

El Sumo Pontífice sabia la noticia sobre la muerte de la Mamá Grande y decidió a ir al funeral, porque debió el universo prolongar el acecho durante muchos días y el cadáver de ella estaba momificandose en espera de las grandes decisiones. El gran momento era venido, toda la gente vino incluso los pueblos y ricos pero, después se cumplieron los catorce días pregarias y compredieron que estaban asistiendo al nacimiento de una nueva época. Luego ninguno de los incrédulos del mundo se qudara sin conocer la noticia de la Mamá Grande y nadie lo cuida.

 

 by Luis Hsu

 

許伯豪

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